¡Es la impunidad, estúpido!
¡Es la impunidad, estúpido!.
por Fernando Belaunzarán
Es por demás conocida la anécdota de la campaña de Bill Clinton en 1992, cuando, para centrar el mensaje en el problema fundamental del país en ese entonces, escribió en una pizarra de sus oficinas la frase "Es la economía, estúpido". Pues bien, en México que resentimos la ausencia de Estado de Derecho y existen claros incentivos perversos para no cumplir la ley, el mensaje no puede ser otro que "Es la impunidad, estúpido".
México es el segundo país con mayor índice de impunidad en el mundo y llaman la atención las enormes resistencias fácticas para atender este flagelo. Por primera vez la FEPADE actúa contra un pez gordo y no se hizo esperar la reacción furibunda del oficialismo, no tanto para defender al implicado, que ciertamente parece misión imposible, sino para descalificar al fiscal al grado de exigir su renuncia. Está visto, una cosa es clamar contra la impunidad en abstracto y comprometerse en los discursos a actuar contra ella y otra muy distinta que el régimen deje de proteger a sus criaturas.
Se necesita mucha ingenuidad para no ver relación entre la determinación de enjuiciar a Arturo Escobar por parte de la FEPADE y el "escándalo" armado e inflado desde el poder contra Santiago Nieto, titular de la misma. El mensaje no podría ser más desolador: lo que no puede quedar impune es atentar contra la impunidad y que se cuide el fiscal que quiera hacer su trabajo y cumplir con su responsabilidad institucional.
Es evidente que si Santiago Nieto hubiera hecho lo mismo que sus antecesores y sido omiso en la persecución de delincuentes electorales de alta jerarquía, la omisión de una asesoría en un currículum que quieren presentar como gran crimen no se habría conocido y los mapaches y tramposos de siempre estarían muy tranquilos y felices de tener a alguien que hace como que combate sus delitos. La corrupción en México no sólo financia la política, también la impunidad de los políticos.
Sintomático que los ahora tan indignados con el fiscal que se atrevió a romper la regla no escrita del sistema, "no perseguirás a los poderosos, a menos que el más poderoso te lo pida", sean incapaces de demostrar que Santiago Nieto ha actuado con parcialidad. No se están discutiendo las pruebas de cargo y descargo de Escobar o de otros expedientes para analizar si hubo omisión o dolo en las actuaciones de la FEPADE sino la descalificación fácil a la persona, magnificando un asunto administrativo menor.
Como bien lo aclaró en entrevista Luis Carlos Ugalde, no era un secreto que Santiago Nieto daba asesorías a grupos parlamentarios en el Senado, práctica común en profesionales especializados en temas de complejo conocimiento técnico. Los órganos autónomos están llenos de personajes que en su momento fueron asesores de muy diversas fuerzas políticas en el parlamento. La relación de asesoría no significa militancia ni subordinación partidaria. Lo que se contrata es la expertiz y en muchas materias no abundan los expertos.
Quienes no veían conflicto de interés en que el Presidente propusiera a su amigos, primero Eduardo Medina Mora y luego Raúl Cervantes para ministros en la SCJN, no obstante que este ultimo fue miembro del Comité de Campaña de Enrique Peña Nieto y presidente del Senado y, como tal, autorizado recursos para sus eventuales electores, ahora se desgarran las vestiduras porque el fiscal no asentó en su currículum un dato conocido que, a diferencia de los dos casos arriba mencionados, no implica conflicto de interés.
Llama la atención la falta de sentido de la proporción de los inquisidores del fiscal y que pongan mayor énfasis a un detalle administrativo que a su labor persiguiendo delitos electorales. Por años la FEPADE fue la Carabina de Ambrosio y ahora que por fin actúa la quieren descabezar. Se entiende la preocupación oficialista, no sólo por el importante lugar que el indiciado Arturo Escobar tiene en el aliado favorito del PRI sino porque el próximo año se disputan 12 gubernaturas y necesitan que sus operadores electorales no se sientan amenazados por la aplicación de la ley.
Mueve a ternura la posición ingenua de quienes piden castigar tanto a Escobar como a Nieto, un ardid engañabobos. Si logran su objetivo de descabezar a la FEPADE, el sustituto sería nombrado por el Senado y el PRI y el Verde no van a respaldar a ninguno que no le garantice archivar el expediente del ex subsecretario de Gobernación; es más, después de esta experiencia no van aceptar nombrar a nadie que no puedan controlar. ¿Que fiscal se va a atrever a ir por los delincuentes de peso del oficialismo si los partidos hoy en el gobierno obtienen la cabeza de Santiago Nieto?
Para decirlo claro, la caída del fiscal que reclaman PRI-PVEM significaría la muerte de la investigación de Arturo Escobar y la consecuente impunidad para quienes apostaron a la estrategia de violar sistemática y dolosamente la legislación electoral. Que nadie tenga dudas, el linchamiento contra Santiago Nieto es para evitar sanciones a los más exultantes delincuentes electorales del 2015 y, por supuesto, a los de los comicios venideros. La situación de los partidos oficiales es muy complicada dada la situación del país, la baja calificación del gobierno de EPN y las alianzas amplias opositoras que se perfilan. ¿Alguien cree que renunciarán a sus malas mañas para tratar de mantener el poder? Yo tampoco.
La impunidad imperante en el país explica no sólo la incapacidad de combatir la inseguridad sino también la corrupción. Si se castiga al fiscal audaz que se arriesgó a aplicar la ley sería un despropósito involutivo para nuestra sociedad. No lo permitamos.
PD. Me entero que una juez negó la orden de aprehensión solicitada por la FEPADE para Arturo Escobar. No extraña, sabiendo las enormes presiones que debió recibir. Confío en que Santiago Nieto apele la decisión y que el Tribunal Unitario sí esté a la altura de las circunstancias. Lo que está en juego es algo fundamental: que la justicia en México alcance a los poderosos. “Es la impunidad, estúpido”.